Con un crecimiento proyectado del 2,6% en la actividad económica para 2025, el presupuesto también contempla la digitalización de 240 permisos sectoriales para agilizar procesos de inversión.
El presidente destacó que este es un paso crucial hacia una economía más sostenible y equitativa, con un fuerte compromiso hacia el bienestar social y la cohesión comunitaria.

El anuncio del presupuesto para el año 2025 por parte del Presidente Gabriel Boric marca un hito importante en la política económica de Chile. Este tercer presupuesto de su administración, con un incremento del 15% en la inversión en este ámbito durante su administración, refleja un enfoque continuo hacia la cohesión social y el bienestar familiar, manteniendo una postura responsable fiscalmente.
Esta propuesta asegura los fondos para digitalizar 240 permisos sectoriales, lo que acelerará los procesos de inversión en el país, proyectando un crecimiento del PIB del 2,6% y destacando importantes obras públicas como la desaladora en Coquimbo y la pavimentación de la Carretera Austral. Además, la inversión en vivienda aumentará un 11,4%, contribuyendo a la meta de construir 260.000 nuevas viviendas necesarias para enfrentar la crisis habitacional y mejorar la calidad de vida de las familias chilenas.
Principales ejes del presupuesto
La seguridad es una prioridad central, con un aumento proyectado del 15% en los recursos destinados a este sector durante el mandato actual. Esto incluye la incorporación de más carabineros y recursos para combatir el crimen organizado.
En cuanto al Plan de Emergencia Habitacional, destaca un aumento del 11,4% en el presupuesto destinado a vivienda, con el que se busca avanzar hacia la construcción de las 260.000 nuevas viviendas requeridas por el país. Esta medida es crucial para abordar la crisis habitacional que afecta a muchas familias chilenas.
Respecto a la inversión en Obras Públicas, se destinarán fondos significativos a proyectos clave como la desaladora pública para Coquimbo, la doble vía en Ruta 5 en Chiloé y el eje Nueva Alameda en Santiago. Estas obras no solo buscan mejorar la infraestructura del país, sino también generar empleo y desarrollo económico. Y bajo esta misma línea, el presupuesto incluye recursos para digitalizar 240 permisos sectoriales, lo que permitirá agilizar los procesos de inversión y facilitar el trabajo de las empresas constructoras e inmobiliarias.
El impacto esperado de este presupuesto es significativo para el sector inmobiliario y constructor. La inversión en vivienda y obras públicas no solo generará empleo directo, sino que también estimulará el crecimiento económico al mejorar la infraestructura necesaria para un desarrollo sostenible. Por su parte, la digitalización de permisos es un paso crucial hacia una mayor eficiencia administrativa, lo que podría traducirse en un entorno más favorable para las inversiones privadas.
A pesar de los avances propuestos, existen desafíos que deben ser abordados. La capacidad del gobierno para ejecutar efectivamente los recursos asignados será fundamental, ya que existen preocupaciones sobre cómo se gestionarán estos fondos y si se cumplirán las promesas realizadas.
Además, fomentar una colaboración efectiva entre el sector público y privado será clave para maximizar los beneficios del presupuesto. Las empresas inmobiliarias y constructoras deben estar preparadas para participar activamente en los proyectos propuestos. Y a medida que se avanza en proyectos de infraestructura, es esencial considerar prácticas sostenibles que protejan el medio ambiente y aseguren un desarrollo equilibrado.
Este anuncio representa una oportunidad significativa para fortalecer la economía chilena y mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, demostrando gran potencial de generar un impacto positivo duradero en el sector inmobiliario y constructor. Sin embargo, su éxito dependerá de una ejecución efectiva y una colaboración estrecha entre todos los actores involucrados.