El desarrollo inmobiliario ha evolucionado hasta transformarse en un motor de transformación social y urbana. Esto ha llevado a la industria a plantearse nuevos desafíos en términos de habitabilidad.
En Chile, las ciudades crecen a pasos agigantados, pero ¿hacia dónde? Descubre lecciones que diferentes metrópolis han implementado para construir una ciudad más inteligente y equitativa.
El crecimiento del mercado inmobiliario en la Región Metropolitana ha transformado el rostro de la capital chilena, impulsando el desarrollo económico y generando nuevas oportunidades. Sin embargo, esta expansión acelerada ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar desafíos como la congestión vehicular, la escasez de áreas verdes y la desigualdad en el acceso a servicios básicos en zonas periféricas.
En este escenario, expertos del sector inmobiliario y urbanistas coinciden en que es fundamental aprender de las experiencias de otras grandes ciudades del mundo que han enfrentado situaciones similares: São Paulo,Barcelona, Nueva York y Londres han implementado políticas y proyectos innovadores que han mejorado significativamente la calidad de vida de sus habitantes y han sentado un precedente a nivel internacional para repensar las ciudades desde una perspectiva sustentable.
Densificación Inteligente: el ejemplo de São Paulo
São Paulo es una de las metrópolis más grandes de Latinoamérica, y ha apostado por la densificación urbana como una estrategia para reducir la expansión urbana y mejorar la movilidad. En la última década, su población ha aumentado en un 30% su densidad poblacional, por lo que los agentes vinculados al sector inmobiliario, tanto públicos como privados, han priorizado la construcción de edificios de mayor altura en áreas centrales, lo que ha permitido concentrar la población y reducir la expansión urbana, logrado concentrar la población en zonas mejor conectadas y provistas de servicios.
De forma paralela, se han implementado programas de renovación urbana para revitalizar barrios históricos y comerciales, mejorando la calidad de vida de los habitantes y atrayendo inversiones, evidenciando que la densificación inteligente es clave para el desarrollo sostenible de las ciudades.
Barcelona y las “supermanzanas”
En Europa, la ciudad española se consolida como pionera en la implementación de las llamadas "supermanzanas", unidades de planificación urbana que priorizan el espacio público a disponibilidad del peatón y la movilidad sostenible, logrando que el tráfico vehicular disminuya en un 30% en las zonas en que se han implementado. Estas construcciones, que combinan viviendas, espacios comerciales y zonas verdes, han generado un nuevo modelo de urbanismo más humano y sostenible.
Además, Barcelona ha apostado por reurbanizar zonas destinadas a la actividad industrial, transformando estas zonas en nuevos barrios residenciales, que consideran no solo la construcción de viviendas, sino también de espacios comerciales y áreas verdes.
El emblemático proyecto de Hudson Yards
En Nueva York, Hudson Yards es un ejemplo de cómo la planificación urbana integrada puede transformar una histórica zona industrial en un vibrante epicentro de negocios y cultura. Esta mega obra de construcción, que incluye torres de oficinas, residencias de lujo, espacios comerciales y un parque público, ha revitalizado una espacio de la ciudad que antes era poco atractiva.
Este proyecto demuestra a las grandes ciudades cómo la combinación de diferentes iniciativas urbanas y comerciales puede generar un nuevo polo de desarrollo urbano y de oportunidades para las comunidades que están insertas en la zona: Hudson Yards ha generado, de forma directa e indirecta, 10.000 nuevos empleos.
Regeneración urbana en los muelles de Londres
La transformación de estos espacios en la capital inglesa es otro ejemplo de cómo revitalizar áreas industriales en desuso. La creación de nuevos parques, plazas y paseos marítimos ha mejorado la calidad de vida de los residentes y ha impulsado el turismo, siendo solo uno de todos los ejemplos londinenses sobre cómo las ciudades han abordado de manera estratégica su desarrollo urbano.
En Canary Wharf, su antiguo muelle industrial fue transformado en un distrito financiero, enfocado en la construcción de modernos edificios y centros comerciales. Por su parte, la revitalización de King’s Cross, una zona ferroviaria, ha dado lugar a la proliferación de barrios con viviendas, oficinas, universidades y espacios culturales, impulsado también el turismo en el área.
¿Qué lecciones puede adoptar Santiago?
Al implementar estrategias de densificación inteligente, promover la movilidad sostenible, crear espacios públicos de calidad y fomentar la participación ciudadana, la capital chilena puede convertirse en una zona más inclusiva, sostenible y habitable.
Pero, ¿cuáles son los desafíos que se deberían enfrentar para lograrlo? La segregación socioespacial es uno de los principales, ya que refleja la desigualdad que existe entre sus comunas y la calidad de vida de quienes las habitan. Sin embargo, esto puede revertirse al implementar políticas de suelo que promuevan la integración social, fomenten el uso del transporte público y la creación de espacios verdes.
La congestión vehicular también se presenta como una de las principales necesidades de la población. El crecimiento del parque automotriz de Chile post pandemia ha llegado a cifras que no se proyectaban: desde 2019 a 2013 este aumentó en un 9,4%, señala el Instituto Nacional de Estadísticas. Esto se traduce en un incremento significativo en los tiempos de traslado de un punto de la ciudad a otro, perjudicando la calidad de vida de quienes residen en las periferias y deben trasladarse a los centros urbanos.
Sin embargo, este panorama se traduce en la oportunidad de observar las soluciones que grandes ciudades del mundo han desarrollado para mejorar la calidad para enfrentar la densificación urbana de forma inteligente, abordando el desafío a través de políticas públicas y alianzas público-privadas que promuevan la la movilidad sostenible, la creación de espacios públicos de calidad y que fomenten la participación ciudadana.
Estos casos de éxito son un ejemplo de que es posible construir una ciudad más justa, equitativa y sostenible. Al aprender de las mejores prácticas internacionales y adaptarlas al contexto chileno, es posible avanzar hacia la creación de entornos urbanos que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes y posicionen a Santiago como una referencia en materia de desarrollo urbano sostenible en América Latina.
